

Madrid, 11 de septiembre (Esto Es Mentira) — La nueva Ley Antitabaco ha entrado en vigor con un efecto inesperado pero devastador: la anulación total del tránsito intestinal nacional. La medida, que prohíbe fumar en cualquier contexto excepto en sueños reprimidos, ha desatado lo que ya se conoce como la Gran Crisis del Bizcocho No Hecho.
Sanidad pretendía mejorar la salud pública, pero ha conseguido justo lo contrario: millones de españoles que antes plantaban un pino con precisión suiza tras su café matutino, ahora vagan por la vida con el estómago más comprimido que una maleta Ryanair.
“No es solo que no podamos fumar”, explica Justo Barriga, funcionario y poeta escatológico, “es que no podemos liberar al kraken. Sin cigarro no hay muñeco de barro. Esto no es una ley, es una maldición intestinal”.
“Sacar a pasear a la tortuga” ya no es posible sin nicotina
La ministra de Sanidad, María Antonia Inhalación, ha defendido la ley afirmando que “el tabaco es una droga, no un laxante nacional”. Pero para miles de ciudadanos, el pitillo post-café no era vicio, era ritual. “Yo no fumaba, yo llamaba a Roca con dignidad y eficacia”, protesta una jubilada de Albacete que lleva cinco días sin hacer un bizcocho.
Fuentes del Instituto Nacional de Estadística ya alertan de una caída histórica en el índice de “descomer satisfechos” y un aumento alarmante en los pedidos de supositorios con aroma a Marlboro Light.
Guía oficial para sustituir el cigarro: fracaso absoluto
Ante la oleada de críticas, Sanidad ha publicado una guía titulada “Defecar sin dañar: una nueva esperanza”, donde propone alternativas como:
- Respirar profundamente en posición de loto.
- Escuchar a Enya.
- Mascar hinojo mirando una vela.
- Pensar en Pedro Duque mientras se aprieta.
Ninguna de estas técnicas ha funcionado. En redes sociales ya circula el hashtag #SinPitilloNoPintamosDeMarrón, impulsado por ciudadanos que llevan una semana sin plantar un pino.
El Congreso vive su momento más apretado
El tema ha llegado al Congreso. Durante el debate, un diputado de la oposición gritó: “¡Nos están quitando el derecho constitucional a sacar a pasear a la tortuga!”, mientras otro añadía: “Esto no es salud pública, ¡es represión fecal!”
La bancada del Gobierno se defendió alegando que “defecar no es un derecho fundamental, y menos si depende de sustancias contaminantes”. Vox propuso directamente permitir fumar en los baños del Parlamento “porque es donde se toman las verdaderas decisiones del país… y se descomen las falsas promesas”.
Perspectiva internacional: España, en la lista de países con mayor presión anal
El Observatorio Global del Tránsito Humano ha colocado a España junto a Corea del Norte y Bélgica como uno de los países con mayor represión intestinal per cápita. “La gente ya no va al baño, va al trono… a llorar”, concluye su informe.
Entre tanto, las farmacias hacen el agosto vendiendo laxantes, aceites mágicos y CDs de “relajación con sonidos de gaviotas” para quienes necesitan sacar al kraken con urgencia.
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