

PARÍS — El pasado 19 de octubre, en plena mañana parisina y sin mayor resistencia que una mirada sospechosa del guardia de la puerta, cuatro ladrones accedieron al Museo del Louvre con una grúa elevadora, rompieron vitrinas con una radial portátil, se llevaron joyas valoradas en 88 millones de euros y huyeron en moto, como si todo formara parte de una gymkana organizada por el Ministerio de Cultura.
El robo duró menos de 7 minutos. El mismo tiempo que un TikTok de recetas, pero con más zafiros. “Todo fue tan fácil que pensamos que era una performance”, declaró un vigilante, que en ese momento estaba ocupado rellenando el crucigrama del turno.
Según la reconstrucción policial, los delincuentes entraron por un balcón, tal como indica cualquier videojuego de sigilo básico, se disfrazaron de obreros, usaron herramientas comunes, y salieron por la puerta grande saludando al personal de limpieza. El sistema de seguridad del Louvre —que costó más que un Picasso en subasta— no detectó nada, porque estaba en “modo ahorro energético”.
El museo responde: “¿Y si cobramos por repetirlo?”
Humillado ante el mundo, el Louvre decidió transformarse. ¿Mejorar la seguridad? No. ¿Contratar expertos en arte y protección? Tampoco. La solución: crear una experiencia VIP para turistas basada en el atraco.
La nueva Visita Express 7’™ permite al visitante emular el atraco minuto a minuto. El paquete incluye:
- Subida en grúa industrial, con vistas al Sena y a la dignidad del arte cayendo en picado.
- Entrada por ventana simulada, donde se reparten chalecos reflectantes y sierras radiales de plástico.
- Zona de vitrinas rotas, con efectos de sonido “glass breaking deluxe” y hologramas de tiaras robadas.
- Tour en moto eléctrica por el mismo recorrido de huida de los ladrones, incluyendo saltos, semáforos y abuelas cruzando.
- Foto final con fondo del Interpol, donde los visitantes posan con cara de “yo solo vine a ver la Gioconda”.
El ticket incluye un snack (croissant confiscado) y un certificado que dice: “Saqueador de patrimonio no oficial”.
“Queremos que el arte sea una experiencia”, explicó el director del museo. “¿Que se lo robaron? Pues ahora también tú puedes intentarlo, ¡legalmente y con seguro!”
Reacciones: indignación, memes y cine en camino
Las reacciones no se han hecho esperar. La prensa cultural ha calificado el evento como “el primer atraco avalado por TripAdvisor”. El Ministerio del Interior francés, en un comunicado sin comas, afirmó: “Estamos investigando estamos consternados estamos en contacto con Interpol vamos a poner sensores algún día”.
En redes sociales, el hashtag #VivaElRobo acumula miles de vídeos de influencers imitando el escape, mientras que varios países exigen que el Louvre devuelva lo que se ha dejado robar “antes de que lo vendan en Etsy”.
Mientras tanto, Hollywood ya ha comprado los derechos del atraco. El proyecto lleva por título provisional “Ocean’s Quatre: Los Gabachos del Louvre” y contará con Jean Reno como vigilante dormido, Timothée Chalamet como ladrón dandy, y Penélope Cruz como tiara que habla.
Consecuencias insospechadas
Desde el robo, el turismo ha aumentado un 24 %, y los visitantes dicen cosas como: “Nunca había estado en un atraco, es muy educativo”, o “¿La Mona Lisa está asegurada? Porque me la llevo para casa”.
Museos de todo el mundo toman nota. El Prado ha anunciado su Visita Clavo-Arte, donde puedes forzar una puerta y robar un Goya falso mientras suena reggaetón barroco. El Hermitage ofrece un paseo en trineo por pasillos sin cámaras. Incluso el Museo del Jamón de Madrid está considerando un “Jamón Express”, donde el público podrá cortar, robar y salir corriendo sin pagar.
“Esto no es el futuro del arte”, declaró un crítico. “Es su atropello en patinete”.
Categorías:
- Noticias de Lejos


