
Los Ladrones del Louvre Actúan de Nuevo en el Museo del Jamón en Huelva
- Los ladrones del Louvre cambian las tiaras por tocinos y conquistan el museo onubense en modo “jamonazo express”
- El robo fue tan rápido que el jamón ni se enteró de que ya estaba en el mercado negro gourmet

HUELVA — Apenas dos semanas después de que protagonizaran el robo más sonado en décadas —sustraer joyas reales del Louvre en menos de siete minutos y con una grúa de segunda mano— los mismos criminales han reaparecido en un escenario menos aristocrático pero infinitamente más sabroso: el Museo del Jamón de Huelva.
Según fuentes locales, los ladrones ingresaron al recinto a las 4:37 de la madrugada con el mismo modus operandi: chalecos reflectantes, caras de “yo soy técnico” y una radial portátil marca “Milwaukee Ibérico Edition”. En lugar de vitrinas de zafiros, esta vez rompieron una urna climatizada donde se conservaba la joya de la exposición: una paletilla curada a 48 meses, con denominación de origen y certificado místico de “tocada por San Jamón de Jabugo”.
“Creíamos que venían a hacer mantenimiento del aire acondicionado, y lo que enfriaron fue nuestra moral”, declaró Manolo Barriles, director interino del museo y ex charcutero profesional.
El robo: precisión criminal y aroma tentador
El grupo actuó con una eficacia digna de los mejores atracadores… o de los peores catadores con ansiedad. Tras cortar la cerradura con una radial que olía a ajo, los asaltantes envolvieron la paletilla en papel de estraza y escaparon en un burro eléctrico de reparto, pintado con los colores de la bandera francesa. La policía, desbordada por la mezcla de risa y rabia, tardó 15 minutos en reaccionar, tiempo suficiente para que los sospechosos cruzaran dos pueblos, un olivar y un área de descanso de camioneros.
“La alarma sonó, pero el personal estaba en modo ‘siesta preventiva’, una política de recursos humanos implementada desde la ola de calor”, explican desde la seguridad del museo.
El jamón, ya en el mercado negro gourmet
Horas después, una misteriosa subasta apareció en la deep web gastronómica, bajo el seudónimo “PataNegraEnFuga92”. La pieza fue descrita como “única en el mundo, con leves vibraciones espirituales y sabor a historia robada”. El precio inicial: una cifra en bitcoins equivalente a dos noches en un parador y un viaje a Soria en globo.
Reacciones: diplomacia curada y orgullo andaluz
La alcaldesa de Huelva calificó el robo como “un acto de terrorismo cultural” y pidió la intervención de la ONU para proteger el patrimonio ibérico. Mientras tanto, Emmanuel Macron expresó su “más profunda consternación por este intercambio de robos entre naciones amigas” y propuso un tratado de paz entre Louvre y embutidos.
“Primero se llevaron nuestras joyas, ahora nuestro jamón… ¿qué sigue? ¿El Museo del Espeto en Málaga?”, declaró indignado el portavoz de la Confederación Española de Museos Absurdos.
Próximos destinos del crimen gourmet
Según fuentes no confirmadas (pero tremendamente imaginativas), los ladrones podrían estar planeando su siguiente golpe en el Museo del Queso Manchego de Ciudad Real, o incluso en el Museo del Calimocho de Vitoria-Gasteiz. Las autoridades han activado el “Protocolo Cárnico de Alerta Roja” y recomiendan no exponer jamones valiosos en vitrinas sin láser ni perro pastor.
Netflix, por su parte, ya prepara un documental: “Del Louvre al Lomo: Historia de un Atraco Ibérico”, narrado por Antonio Banderas y con banda sonora de Rosalía en clave de jam session con cucharas.
Categorías:
- Sociedad en Ruinas


