Yo Conduzco Mejor que la DGT

  • Si no sabes frenar sin pisar, no me des lecciones de seguridad vial
  • No necesito radares: necesito que se quiten de mi carril

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A mí la DGT no me va a enseñar a conducir. Llevo más de veinte años al volante y jamás he tenido un accidente grave (lo de la rotonda de 2007 no cuenta, fue un bordillo mal puesto). Conozco cada curva de la carretera como si fuera el pasillo de mi casa, y tengo un sexto sentido para esquivar domingueros y furgonetas de reparto que se creen que son invisibles.

Pero no, según la Dirección General de Tráfico, yo soy “un peligro” porque circulo a 140 “en tramos de 120” y adelanto a caravanas enteras de tortugas humanas que ocupan el carril izquierdo “para ir más seguros”. ¿Más seguros? Lo único seguro es que me dan ganas de adelantarles por el arcén y darles un cursillo intensivo de vida.

La DGT vive en un PowerPoint, yo en la carretera

Ellos tienen gráficos, estadísticas y campañas con música de piano triste; yo tengo experiencia real: miles de horas conduciendo bajo lluvia, nieve y veranos de 40 grados sin aire acondicionado.
He visto a más coches perder el control por frenar de golpe al ver un radar que por ir rápido. Pero eso no entra en sus estudios, porque no queda bien en el anuncio.

Los que ponen las normas no saben lo que es conducir a las 7 de la mañana por la A-6 con camiones pegados al culo y un tipo en un SUV hablando por el manos libres mientras te cierra el paso. Ellos creen que todo es “mantener la distancia de seguridad” y “respetar la señalización”. Sí, claro. Y en el mundo de Disney también hay unicornios que usan el intermitente.

El enemigo real: los inútiles con carnet

Que sí, que la velocidad mata. Pero más mata el que se mete en la rotonda sin mirar, el que frena en seco para buscar la salida que se ha pasado, o el que no sabe incorporarse a una autopista y entra a 50. Pero a esos la DGT no los multa: les pone anuncios con dibujitos de “convivencia vial” como si fueran niños de parvulario.

Yo propongo otro enfoque: carnet por puntos inverso. Si eres bueno conduciendo, te suben puntos y puedes ir más rápido. Si eres un desastre, te quedas en tu barrio y te compras una bici. Así el tráfico se mueve, y los que sabemos, llegamos antes. Matemáticas básicas del asfalto.

Los radares, esos cajeros automáticos con trípode

No nos engañemos: los radares no están para salvar vidas, están para llenar la hucha del Estado. Si quisieran salvar vidas, pondrían uno en cada salida de discoteca y otro en la puerta de la autoescuela donde regalan carnets a cambio de aprobar tests por azar. Pero no: los ponen en rectas perfectas donde cualquiera con pulso estable podría ir a 150 sin despeinarse.

Así que sí, lo digo alto y claro: yo conduzco mejor que la DGT. Y el día que necesiten un manual real de conducción, que me llamen. Se lo escribo en una servilleta en la barra del área de servicio, con café y tortilla. Gratis. Bueno, gratis no: que me quiten las multas.


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