El Museo del Aire Acondicionado. El Más Visitado en Agosto. Más Que el Prado y el Reina Sofía.

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España vive su enésimo agosto abrasador y, como en todo periodo de crisis, emerge un nuevo héroe cultural: el Museo Nacional del Aire Acondicionado (MUNAA), inaugurado discretamente en 2022 como parte de un proyecto piloto de climatización educativa, se ha convertido este verano en el centro cultural más visitado del país, superando al Museo del Prado, al Reina Sofía y al centro comercial Plaza Norte 2 combinados.

Situado en un polígono industrial de Fuenlabrada, el MUNAA acoge una colección única: desde el primer aire acondicionado doméstico instalado en la sede de UGT en 1978 hasta una unidad central de climatización del Congreso de los Diputados, donada “por razones de mantenimiento y escándalo presupuestario”. Pero lo que realmente atrae al público no es la historia del frío mecánico, sino el frío en sí.

“Entramos por curiosidad, salimos por hipotermia”, comenta Clara P., madre de tres niños y fugitiva del parque de bolas de Getafe. “Nos quedamos seis horas. Uno de mis hijos ha adoptado una unidad portátil Delonghi como figura paterna”.

El fenómeno ha sorprendido incluso al Ministerio de Cultura, que ya estudia reconvertir otras instituciones artísticas en espacios termoemocionales. “El Thyssen podría ser un spa seco. El MNAC de Barcelona, un refugio criogénico”, explica la ministra en funciones mientras se abanica con una servilleta sudada.

Un fenómeno con colas de tres horas y toallas mojadas

Las cifras son impactantes: 47.000 visitantes en la primera semana de agosto, colas de hasta tres horas, y un mercado negro de entradas donde un pase de día alcanza los 85 euros y un ventilador de cuello portátil puede costar lo mismo que un iPad en reventa.

En la tienda del museo, la pieza estrella es el llavero con forma de termostato digital: “Lo aprietas y dice 22 grados”, explica el responsable de merchandising, un antiguo reponedor de MediaMarkt con síndrome de Estocolmo climático.

Cada sala del museo está ambientada en una temperatura distinta, desde la «Sala Siberia» (17°C y soplidos aleatorios) hasta la «Experiencia Carrefour» (una pasarela de congeladores industriales con música de ascensor y olor a pollo asado). En el ala norte, un split LG encendido desde 2009 ha sido declarado Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid. “Nadie sabe cómo sigue funcionando, pero creemos que es porque nunca ha sido apagado. Es una deidad técnica”, afirma un guía con chaqueta acolchada.

Artistas contemporáneos protestan… y luego se quedan

No todos están contentos. Una decena de artistas de performance se encerraron en la sala de climatización para denunciar “el fetichismo del confort”, pero tras veinte minutos se unieron a una visita guiada y acabaron haciéndose selfies con un ventilador Dyson en slow motion.

Desde el Reina Sofía, se muestran preocupados. “Picasso está sudando la gota gorda y nadie lo mira. Ni con las gafas 3D del Guernica conseguimos retener al público”, lamenta un responsable que ha propuesto cambiar la audioguía por duchas individuales de niebla artificial.

Mientras tanto, el MUNAA ya planea su próxima exposición: “Frigoríficos emblemáticos de la democracia: del Zanussi de Carrillo al minibar de la Transición”.


Aviso: Sátira 100%. Hechos 0%. Cualquier parecido con la realidad es un chiste. No es información, es humor. Ríe, duda y no pidas la factura. Si se parece a la realidad, es culpa de la realidad. Cualquier coincidencia es casualidad… o karma.


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