

Todos los veranos lo mismo: montes ardiendo, helicópteros dando vueltas, y políticos con cara de póker diciendo que “es una tragedia”. Pues tragedia es pagar 80 euros de luz en julio, lo de los incendios es pura dejadez. Porque mire, si a mí me dieran las riendas del Ministerio de Medio Ambiente, en dos semanas quedaba prohibido el fuego por decreto. Y si no, al tiempo.
Lo que pasa es que no quieren escuchar a los que sabemos de esto. Porque yo lo tengo claro: el incendio no se apaga con discursos ni con medios técnicos carísimos. El incendio se apaga con sentido común.
Mis soluciones infalibles
- El monte, limpio como una patena
¿Que se quema el monte? ¡Pues que no tenga nada que quemar! En mi pueblo, los veranos los pasábamos limpiando cunetas y cortando hierbajos. Mano de obra barata: jubilados, estudiantes de Erasmus y cuatro voluntarios con el bocadillo pagado. Más barato que los hidroaviones y además hace comunidad. - Asfalto, el mejor cortafuegos
¿Para qué tanto cortafuegos de tierra? Asfalten los bosques enteros, como si fueran parkings. Usted no ha visto nunca un incendio en un Mercadona, ¿verdad? Pues ya está. - Bebidas refrescantes a presión
En vez de helicópteros carísimos tirando agua, que contraten a las fábricas de cerveza. Un camión cisterna de Mahou entrando en llamas, y a ver qué fuego no se apaga con un millón de litros de rubia bien fría. - Vecinos al rescate
Antes, cuando ardía un campo, salía todo el pueblo con cubos, mangueras y hasta botijos. Ahora, todos mirando el móvil a ver si sale en las noticias. La receta es sencilla: multa de 300 euros al que no salga a echar agua cuando arde algo cerca. Verás qué rápido se organiza la brigada. - Animales bomberos
¿No tenemos cabras y ovejas que se comen todo? Pues que pasten gratis por los montes hasta dejarlos pelados. Eso sí, con casco y chaleco reflectante para que quede oficial.
El verdadero problema
Aquí el problema no son los incendios. El problema es que hay negocio. Porque claro, si se apagan demasiado rápido, ¿de qué viven las empresas de hidroaviones, los políticos que inauguran parques quemados y los fabricantes de mangueras? Lo que hace falta es voluntad, pero la voluntad no da comisiones.
Conclusión de barra
Que no me vengan con que es “imposible evitar los incendios”. Imposible era ligar en mi juventud con este careto y míreme, aquí estoy, casado y con dos hijos. Si yo pude, España puede.
Lo que hace falta no son científicos ni expertos: hace falta un cuñado con vermú en mano y soluciones claras.
Y si alguien me discute, que espere a la sobremesa. Ahí saco la servilleta, le hago un croquis y se le acaban las dudas.