
Científicos Alertan Que Tomar Chocolate con Churros Engorda, Pero Están Buenísimos
- La comunidad científica confirma lo que ya sabíamos: vas a morir igual, pero con la barriga llena y feliz.
- Un estudio financiado por el lobby del goce demuestra que la ciencia también se rinde ante el poder del desayuno de resaca.

Madrid — Un equipo de científicos del Instituto Internacional de Estudios Científicos Superfluos (IIECS), con sede en Albacete pero aspiraciones de Ginebra, ha publicado esta semana un estudio que confirma un dato tan revelador como irrelevante: consumir chocolate con churros engorda. El hallazgo, que ha costado cerca de 7 millones de euros en subvenciones europeas y una tonelada y media de manteca de cerdo, ha sido calificado como “científicamente cierto, pero emocionalmente insoportable”.
“La evidencia es abrumadora: el consumo repetido de chocolate con churros está directamente relacionado con un aumento de peso, colesterol, felicidad espontánea y ganas de quedarse en la cama hasta las doce”, explicó el doctor Emiliano Sobrino, autor principal del estudio y adicto confeso al chocolate espeso desde que repitió COU. “Pero también hemos observado que están buenísimos, y eso complica mucho las recomendaciones dietéticas”.
El estudio, de carácter longitudinal, siguió durante cinco años a un grupo de 42 voluntarios —todos ex-científicos sociales reciclados a conejillos de Indias— sometidos a una dieta diaria de chocolate con churros. Los resultados no dejaron lugar a dudas: aumento de peso en un 92% de los casos, aumento de autoestima en un 84%, y aumento de sarcasmo hacia las recomendaciones de la OMS en un 100%.
“Lo sorprendente es la correlación directa entre el número de churros ingeridos y la indiferencia creciente hacia la opinión médica”, explicó la doctora Nuria Peláez, nutricionista de voz dulce y moral relajada. “A partir del cuarto churro, la gente empieza a decir cosas como ‘yo mañana empiezo’ o ‘de algo hay que morir’. A partir del séptimo, ya te piden otro tazón de chocolate y un mechero para quemar las tablas de calorías”.
El informe ha sido recibido con reacciones diversas. Por un lado, la Asociación Nacional de Personas que se Pesan Después de Comer (ANPPCDEC) ha protestado enérgicamente frente a las puertas del laboratorio, lanzando básculas y frases pasivo-agresivas como “¿Esto no podía haberse dicho en enero?”. Por otro lado, el Gremio de Churreros de España ha declarado el estudio como “una excelente campaña de marketing no solicitada”.
“Nosotros sabíamos que los churros engordan, pero no sabíamos que engordan con tanta alegría”, confesó Paco “El Churrero”, portavoz oficioso del gremio y defensor del chocolate espeso como herramienta de socialización. “Esto es como descubrir que fumar te mata, pero te hace parecer interesante durante 30 segundos”.
Ante la presión mediática, el Ministerio de Sanidad ha emitido una nota informativa en la que sugiere “moderar el consumo de chocolate con churros, salvo en días fríos, domingos sin plan, rupturas sentimentales, o cualquier día que acabe en -es”.
Mientras tanto, los científicos han declarado que no se detendrán aquí. El próximo estudio, ya en fase preliminar, investigará los efectos neuroemocionales del croissant relleno de crema pastelera. “Sabemos que es peligroso, pero también delicioso”, confesó el doctor Sobrino mientras untaba un churro en un vaso de leche condensada “por si acaso”.
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