El Apretón de Manos entre Trump y Sánchez Provoca un Terremoto de 5% del PIB en la Escala Richter
- La NASA detectó una leve desviación del eje terrestre justo después del apretón, pero decidió “no preocuparse de momento”
- Trump intentó marcar territorio con su apretón de bulldog, pero se topó con un Sánchez de barrio que ya olía la jugada.
Sharm el-Sheij (Egipto) – La diplomacia internacional vivió este lunes su particular episodio de “Callejeros Viajeros” cuando Pedro Sánchez, curtido en los mítines de bar y en las esquinas de la política española, se encontró cara a cara con el saludo más temido del planeta: el apretón-dominador de Donald Trump, conocido por arrastrar a presidentes como si fueran carritos del súper.
Lo que Trump no sabía —pero ahora sí— es que Pedro Sánchez no es de los que se dejan arrastrar por la escenografía. “Yo ya he estado en platós de televisión con cámaras peores que tú”, parecía decirle con la mirada mientras le devolvía el gesto con pulso firme y gesto contenido. El apretón duró 7,3 segundos, aunque para los asistentes fue eterno, como una pelea de pulgares diplomática a cámara lenta.
Según testigos presenciales, el apretón de manos fue “inusualmente intenso, de una fuerza tectónica desconcertante”. En apenas segundos, se generó una onda expansiva que hizo temblar las cámaras de televisión, las pelucas de los asistentes y, presuntamente, las cotizaciones de las criptomonedas europeas. El Fondo Monetario Internacional ya ha pedido “una revisión del protocolo de apretones de mano como medida antiinflacionaria”.
“Fue precioso”, declaró una analista de gestualidad no verbal tras ver el vídeo viral. “El lenguaje corporal de Sánchez decía: ‘Puedes tener casinos, pero yo he negociado con barones socialistas, y eso endurece’”.
El efecto fue inmediato: una leve vibración recorrió el suelo de la sala de conferencias, se cayó una lámpara, y en el exterior del hotel diplomático se resquebrajó una baldosa. El Instituto Geológico de Egipto lo clasificó como “un temblor simbólico de magnitud 5% del PIB”, lo que equivale a una sacudida emocional moderada y a un leve susto en los bonos europeos.
Trump, por su parte, intentó seguir el guion habitual: sonrisa plástica, mirada hacia el objetivo, y comentario amable post-apretón. Pero el guion se le cayó como una peluca en el desierto. “Pedro is… strong, I like strong. Like Putin, but more shampoo,” balbuceó el exmandatario mientras se recolocaba el ego.
La escena ha sido objeto de análisis por parte de medios internacionales, terapeutas de manos, y un grupo de ex escoltas que han confirmado que “eso no fue un saludo, fue una declaración de independencia”. En redes sociales, ya circulan versiones animadas del momento, incluyendo una donde ambos líderes se convierten en Transformers y otra donde el apretón desencadena un agujero negro que se traga el euro.
Las consecuencias no se hicieron esperar. La Bolsa de Madrid subió un 0,7% por “orgullo nacional manual”, mientras que la de Nueva York bajó por “desconcierto táctil presidencial”. El FMI ha emitido un comunicado urgente pidiendo que “los futuros saludos de alto voltaje se limiten a toques de codo o a reverencias suaves con guantes”.
En la rueda de prensa posterior, Sánchez zanjó el asunto con naturalidad: “Fue un saludo cordial. A ver, yo ya sabía cómo venía el tema. Le vi el hombro cargar y pensé: ‘me vas a venir tú a mí con apretones, chaval’”.
Y así, entre risas contenidas, un poco de polvo simbólico, y la satisfacción de haber salido airoso del minitorbellino Trump, Pedro Sánchez se consolidó como el primer político europeo en derrotar al apretón sin perder el equilibrio… ni la chaqueta.
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