Boom Turístico: los Hurtos Baten Récord, pero las Publicaciones en Instagram También

  • El sector celebra “la economía circular de la delincuencia”
  • Turistas valoran positivamente que el hurto “no arruine la estética de sus stories”

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La temporada turística de este año ha dejado cifras históricas: nunca se habían registrado tantos visitantes, tantas publicaciones en Instagram… ni tantas carteras desaparecidas en tan poco tiempo. Según el flamante Informe de Felicidad Económica y Criminalidad Creativa del Ministerio de Turismo y Oportunidades Fortuitas, 2025 ha cerrado con un incremento del 38% en hurtos a turistas, pero también con un 42% más de fotos geolocalizadas en playas, plazas y comisarías.

El ministro del ramo, Jacinto Peláez, calificó la situación como “un ejemplo de sinergia productiva entre el sector servicios y la economía informal”. Según Peláez, “la delincuencia aporta emoción a la experiencia turística, fomenta el consumo de nuevos productos como riñoneras, fundas con cadena o bolsos con candado, seguros de viaje etc. y crea una memoria imborrable que, con suerte, se comparte en redes y promociona gratis nuestros destinos”.

Los datos han sorprendido incluso a los expertos en economía conductual. La profesora Aurelia Castrillón, de la Universidad Politécnica del Selfie, explica que “el turista moderno ya no busca seguridad, sino narrativa. Una cartera robada a la hora dorada de Instagram da para un post con más interacción que un simple atardecer”. Castrillón señala que las publicaciones con hashtags como:

  • #MeRobaronPeroSonrío
  • #LadronesConEncanto
  • #HurtoExperience
  • #AtracoPremium
  • #LlévateUnRecuerdoYLlévateElMío

han tenido un 63% más de ‘likes’ que las fotos de monumentos sin incidentes.

En las calles, la sensación es contradictoria. “Me robaron el monedero en la terraza, pero fue increíble ver cómo el camarero me ayudó a posar con cara de sorpresa para la foto”, cuenta Mary-Anne W., turista australiana que, tras perder su pasaporte, se hizo viral en TikTok grabando un tutorial para “robarte a ti mismo” y evitar decepciones.

Otros visitantes agradecen incluso “el toque de adrenalina” que supone mirar constantemente hacia atrás mientras se pasea por el casco histórico. “No sé si vi la catedral, pero vi a tres tipos siguiéndome y eso no lo olvidas”, declaró un turista alemán mientras compraba un llavero con forma de mano larga.

Las asociaciones de comerciantes, lejos de quejarse, han encontrado en la situación un filón. “El turista al que le roban, compra más”, afirma Romualdo Lence, presidente de la Asociación de Tiendas de Recuerdos. “Primero se gasta el dinero en reponer el móvil, luego en una carcasa antirrobo, y ya que está, en un imán de nevera con la frase ‘Sobreviví a mi viaje’”.

Por su parte, el Sindicato de Carteristas Profesionales (SCP) ha emitido un comunicado en el que agradece “la buena predisposición” de los visitantes. “El 70% ya lleva la cartera en un lugar accesible para que no se estropee la foto cuando se la quitan. Es un gesto de cortesía que valoramos mucho”, reza el texto.

En un intento de institucionalizar esta extraña alianza, el Ministerio de Turismo ha propuesto lanzar en 2026 la campaña “Vívelo todo: sol, cultura y robo express”, con paquetes que incluyen seguro de viaje, guía de atracos recomendados y acceso prioritario a la comisaría para la denuncia. Las agencias ya trabajan en “tours del carterista”, donde actores profesionales dramatizarán hurtos mientras fotógrafos oficiales capturan la reacción del visitante para subirla directamente a sus redes.

De momento, el país celebra este doble récord como prueba de su capacidad de innovación. “Pocas naciones logran convertir un problema de seguridad en un activo de marca”, concluye Peláez. “El truco es simple: mientras el turista se sienta guapo en la foto, la economía no pierde”.


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