
Con la nueva ley de Yolanda Díez, llegar 30 minutos tarde una semana al Trabajo, dará Derecho a un día extra de vacaciones
- El Gobierno celebra que “la pereza organizada es un derecho humano de nueva generación”
- Los empresarios temen un “colapso productivo” y anuncian que ellos empezarán a llegar directamente en pijama

En un movimiento legislativo que ha dejado a la patronal al borde del llanto y a los sindicatos bailando con panderetas, la ministra de Trabajo, Yolanda Díez, ha presentado la conocida como Ley de Compensación Horaria Positiva, por la que acumular un total de tres horas y media de retrasos en una semana laboral otorgará al trabajador un día extra de vacaciones pagadas.
“Es un paso histórico hacia la dignidad laboral”, ha declarado Díez desde la tribuna del Congreso, mientras mostraba orgullosa un gráfico en forma de churro que, según ella, “demuestra científicamente” que la gente rinde más si sabe que puede escaquearse un poco. “En España ya hemos conquistado derechos como la siesta moral y la baja por depresión de lunes. Ahora damos un paso más”, añadió, mientras algunos diputados de la oposición fingían bostezar como acto de protesta.
Empresarios en pánico: “Nuestros empleados ya trabajan poco y ahora menos”
La CEOE ha emitido un comunicado urgente calificando la norma como “una apología institucional del llegar tarde” y advirtiendo que las empresas se verán obligadas a contratar relojes derretidos de Dalí para adaptarse a la flexibilidad absurda que promueve el Gobierno.
“Si esto sigue así, el próximo paso será pagarles por no aparecer”, lamentó un portavoz empresarial, que confesó haber llegado 45 minutos tarde a la propia rueda de prensa “porque la ley ya está en vigor y hay que predicar con el ejemplo”.
Reacciones ciudadanas: fiebre de relojes trucados y academias de retraso
Desde que la medida se filtró en redes, las búsquedas de “cómo manipular un reloj de fichaje” han aumentado un 800%, y han surgido negocios paralelos como academias de puntualidad negativa, donde por 50 euros al mes enseñan a calcular el retraso perfecto para no pasarse y perder el día libre.
“Es como contar cartas en el blackjack, pero con despertadores”, explica orgulloso el fundador de Tardópolis, una startup madrileña que asegura que en su plantilla ya nadie llega antes de las 10:30 “por motivos ideológicos”.
La oposición acusa de “populismo horario”
El líder de la oposición, Jacinto Cascarrón, ha acusado a Díez de “comprar votos con minutos de sueño” y ha prometido que si gobierna instaurará un sistema de multa proporcional por cada bostezo en horario laboral. “Esto no es política, es una guardería para adultos”, concluyó mientras consultaba su smartwatch para asegurarse de que llegaba tarde a la siguiente entrevista.
Estudios “científicos” que lo respaldan
El Ministerio de Trabajo ha citado un estudio del Instituto Nacional de Siestas Estratégicas, según el cual el 92% de los trabajadores rinde mejor después de haber pasado media hora más en la cama pensando en no ir a trabajar. El informe, impreso en papel reciclado y con olor a café con leche, asegura que la productividad “no está en el tiempo, sino en la actitud… y en los días de playa”.
Mientras tanto, los hoteleros celebran la medida, pues calculan que “si todos se retrasan lo suficiente, España podría tener un agosto permanente”.