

Francia vive su peor bloqueo político desde que Luis XVI pidió una prórroga y acabó perdiendo la cabeza. Tras el fracaso del tercer intento en menos de un año para formar gobierno, Emmanuel Macron ha optado por una solución revolucionaria: pedir uno por Glovo. Literalmente.
Según testigos presenciales —que ya no se asombran de nada—, Macron se encerró en su despacho tras la última moción de censura, abrió su móvil, y pidió un “Gobierno Mix con tecnócratas al punto, populistas sin gluten y extra de centrismo, por favor”. Añadió una nota: “Sin Mélenchon, que repite”.
“Me cansé de negociar con políticos, quiero algo que llegue caliente, sin ideología y con salsa aparte”, declaró Macron mientras introducía el código promocional “MACRON10” para obtener un 10% de legitimidad institucional.
Un pedido con sorpresas
La entrega fue asignada a un ciclista moldavo que, al ver la dirección del Elíseo, creyó que era una broma de mal gusto. “Al principio pensé que era otra fiesta privada de Jeff Bezos, pero luego vi a Macron esperándome con cubiertos y una Constitución impresa en servilleta”, explicó el repartidor antes de huir al grito de “¡Viva la neutralidad fiscal!”.
El contenido del pedido dejó a todos boquiabiertos:
- Un ministro de Cultura que es DJ residente en Twitch.
- Una ministra de Defensa que confundía “OTAN” con una red social coreana.
- Un tecnócrata que llegó dentro de un tupper.
- Y una señora que venía de hacer pilates y se quedó por error en el Consejo de Ministros.
Según fuentes internas, el Glovo incluía también un paquete sorpresa: el ex primer ministro Édouard Philippe disfrazado de postre flambeado, intentando colarse como “digestivo institucional”.
Asamblea Nacional: ahora también se reparte
La noticia cayó como un granizado de ajo en la Asamblea Nacional. La izquierda denunció que “Macron quiere sustituir el sufragio por la tarifa plana”, mientras que la derecha protestó por no haber sido incluida en el pedido: “¡Nosotros estábamos disponibles, congelados pero disponibles!”
En un acto de sabotaje simbólico, los diputados de la oposición organizaron una sentada en la puerta del Elíseo y pidieron su propio gabinete por Uber Eats, pero el algoritmo les asignó a Nicolas Sarkozy como acompañante de entrega. La entrega fue cancelada por “motivos judiciales”.
El Senado, en cambio, quedó fuera del debate porque sigue intentando abrir una sesión extraordinaria desde 2022. “El código no entra, la Wi-Fi está caída y el presidente del Senado tiene el teclado en alemán”, reconocieron en un comunicado impreso en fax.
Macron, satisfecho pero indigesto
En un discurso improvisado desde una bicicleta estática, Macron defendió su decisión: “Hemos reinventado el delivery democrático. ¿Es legal? Nadie lo sabe. ¿Funciona? Tampoco. Pero por fin me trajeron a alguien que no me contradice: el CEO de Glovo”.
Fuentes cercanas al presidente afirman que ahora planea encargar el próximo presupuesto nacional por Amazon, dividir los ministerios en formato tapas y sustituir los debates parlamentarios por reseñas de TripAdvisor.
La primera sesión del nuevo gabinete, celebrada en la cocina del Elíseo con servilletas de papel y música de ascensor, terminó con un brindis institucional a base de kombucha de procedencia dudosa. Macron levantó su vaso y dijo: “¡Por fin un gobierno que viene con cubiertos de bambú y sin opinión propia!”
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