

Madrid. Congreso de los Diputados. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interrumpió la sesión de control para hacer una denuncia “personal y colectiva”: la oposición estaría ejerciendo “bullying político” sobre su Ejecutivo. “Cada vez que me llaman ‘autoritario’, me tiembla el párpado izquierdo. ¿Eso no es violencia?”, declaró visiblemente afectado, mientras sacaba un clínex de la chaqueta con el logo del PSOE bordado en rojo solidario.
En un discurso que duró 43 minutos —y que fue calificado por los diputados de Vox como “una TED Talk sin gracia”—, Sánchez detalló una serie de “situaciones insoportables” que, según él, constituyen acoso sistemático: miradas pasivo-agresivas en los pasillos, risitas cuando cita a Salvador Illa, y el uso repetido del término “socialcomunista” con tono jocoso.
“Nos llaman ‘Gobierno Frankenstein’ y se ríen. ¡Pero Frankenstein tenía sentimientos!”, exclamó el presidente, justo antes de que un diputado del PP susurrara “eso fue el monstruo, no el doctor, inculto”, provocando una nueva pausa dramática en el discurso.
Protocolo Antibullying y Rincón de Pensar
Tras la intervención, el Ejecutivo ha anunciado la creación de una “Unidad de Convivencia Democrática” dentro del Congreso, liderada por una pedagoga de TikTok y un coach emocional con experiencia en dinámicas de grupo para adolescentes rebeldes.
El nuevo protocolo contempla medidas como:
- Obligar a los diputados a decir tres cosas buenas del Gobierno antes de cada crítica.
- Prohibir el uso de la palabra “deriva” en referencia a la gestión económica.
- Introducir un “rincón de pensar” en la bancada de la oposición, equipado con libros de autoayuda y una lámpara de sal.
“La política no puede ser un patio de colegio sin vigilancia”, afirmó la ministra de Igualdad Emocional, Consuelo Suave, recién creada para esta crisis. “Vamos a instalar carteles que digan ‘En este Parlamento se respeta’ y talleres de abrazoterapia interpartidista”.
La Oposición, condescendiente pero entretenida
Desde la oposición, la reacción ha oscilado entre el sarcasmo y la burla abierta. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, compareció en rueda de prensa disfrazado de tutor de aula, con una regla de madera y un chaleco de punto. “Entendemos que Pedro está pasando por una etapa difícil. Le recordamos que no está solo y que hay líneas de ayuda para presidentes con baja autoestima institucional”, ironizó.
Santiago Abascal, por su parte, aseguró que “la verdadera víctima es España”, y propuso convertir el Congreso en un Escape Room donde el Gobierno tenga que encontrar la coherencia en su discurso para poder salir.
Reacciones internacionales: confusión y empatía mal entendida
El comunicado ha llegado a oídos de la prensa internacional, generando confusión. The Guardian tituló: “Spanish PM Claims Emotional Distress from Political Banter”, mientras que un columnista de Le Monde preguntó en redes si España es “una república bananera o un grupo de terapia”. El presidente de Canadá ofreció enviar a un equipo de psicólogos “si se confirma que la política española es una zona de trauma permanente”.
Análisis: ¿Nuevo lenguaje o nuevo lloro?
Analistas consultados por Esto Es Mentira coinciden en que esta estrategia del Gobierno se enmarca dentro de la “nueva emocionalidad institucional”, una corriente que mezcla el coaching, la autoayuda barata y la oratoria del victimismo performativo. Según el politólogo Ildefonso Moñas, “Sánchez ha descubierto que no puede ganar con argumentos, así que prueba con sollozos”.
Fuentes cercanas a Moncloa aseguran que se está estudiando la posibilidad de instalar una “sala de calma” junto al hemiciclo, equipada con cojines, música ambiente y un holograma de Zapatero diciendo: “Todo irá bien, Pedro”.
Mientras tanto, los ciudadanos observan el espectáculo con una mezcla de vergüenza ajena y resignación cómica. Como dijo una señora en Cuenca: “Yo a mi nieto le enseño que no hay que llorar por tonterías. Igual debería ir a explicárselo al Congreso”.
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